El presente texto expone los resultados obtenidos en el marco de la investigación sobre HCI afectivas e indaga acerca de los modos en que lo tecnológico aterriza en el universo biológico para mensurar sus señales, para tomar nuestro cuerpo como fuente de datos biométricos y dar origen a interfaces vestibles transparentes, humanas, empáticas, capaces de detectar nuestras emociones, adaptarse a nuestras necesidades y fortalecer los lazos entre nosotros (y las máquinas). Por último, como conclusión, se plantean nuevos interrogantes que abren la puerta a futuras exploraciones tecnológicas, filosóficas y éticas sobre el tema.