La arquitectura produce y es producida por sistemas materiales que se encuentran definidos por la naturaleza de sus componentes. Como lo describe Christopher Alexander un sistema es un conjunto de partes con normas que lo regulan y, a su vez, un modo en el que estas partes pueden combinarse. Dependiendo del caso,componen otros sistemas y precisan vínculos materiales con propiedades capaces de satisfacer las relaciones de la unidad que están conformando, e incluso constituir las propiedades finales de los objetos.
Este es un comportamiento presente en todos los objetos arquitectónicos constituidos y por constituir: por un lado, una materia o componente y por el otro, relaciones que determinan la unidad del objeto que conforman. Revisar a la arquitectura más allá de su estructura organizacional, implica revisar la trama de interacciones y transformaciones presentes en dichos componentes que pueden desencadenarse al activar la máquina que consolidan en su articulación, y que preservan a este conjunto de partes en grado de poder generar otra cosa.
Esta potencia de transformación latente abre una línea de trabajo de se desplaza desde los objetos y hacia los procesos generativos. El objetivo de este trabajo es desarrollar esta potencia indagando en las máquinas de transformación que conforman los sistemas materiales que componen a los objetos, y que son las responsables de su transformación.
Esta investigación no aborda al objeto en sí sino al conjunto de relaciones que definen la organización de una determinada máquina. Humberto Maturana y Francisco Varela recurren a este concepto para describir el funcionamiento complejo de cualquier organización; para éstos el concepto de máquina distingue al menos dos modelos diferentes. Uno de ellos es dinámico y está caracterizado por la presencia de procesos de organización cuyos componentes se definen en procesos externos.