La ciencia abierta supone cambios en la gobernanza de la ciencia: políticas claras a nivel de Estado, cambios en el modo de hacer ciencia, cambios en la evaluación que también requieren políticas claras a nivel nacional e institucional. La ciencia abierta es una nueva forma de investigar atendiendo a la sociedad, integrándola y atendiendo principios básicos como la equidad y la inclusión. Requiere educar a las personas en sus prácticas y mucho esfuerzo conjunto destinado a intervenir para lograr las mejores condiciones de contexto que permitan llevarla adelante.