La cultura de la convergencia (Jenkins, 2008) ha impulsado nuevas formas de consumir y de relatar historias, incorporando códigos propios de los entornos digitales y de las plataformas de la web 2.0. En ese contexto, surgen productos culturales, periodísticos y de entretenimiento elaborados con herramientas digitales y distribuidos a través de las plataformas y los canales ofrecidos por internet. Empresas, gobierno, instituciones, artistas, ciudadanas y ciudadanos comunes, todas y todos interactúan con diferentes formatos y lenguajes, conjugando al mismo tiempo lo on-line y lo off-line.
Internet y la web 2.0 abrieron las puertas a la producción y circulación de productos culturales desde una óptica novedosa, ampliando las posibilidades y permitiendo un abordaje desde una perspectiva transmediática, que posibilita una interacción con los usuarios y usuarias desde múltiples plataformas y perspectivas.
En este sentido, estos entornos y herramientas digitales han brindado la posibilidad de visibilizar y poner en circulación propuestas ligadas a las identidades regionales y las tradiciones locales que, hasta hace algunos años atrás, veían reducido su circuito de difusión a públicos muy específicos.
El caso de las fiestas nacionales, provinciales y populares puede resultar paradigmático sobre este punto, dado que han encontrado en los entornos digitales nuevos espacios desde donde vincularse con su público y, al mismo tiempo, promover la interacción con nuevas audiencias.