A partir del inesperado escenario de la pandemia se vivió en el mundo una crisis inédita. Entre sus efectos la COVID-19 ha modificado el papel de la universidad y de la producción científica en el desarrollo económico y social. El cese de actividades por la cuarentena y la virtualización forzada de las prácticas académicas planteó interrogantes acerca de la producción, transmisión y conservación del conocimiento, sumado a que la “nueva normalidad” comprende la pregunta sobre qué tipo de universidad surgirá de aquí en más. La “universidad híbrida” pareciera cuestionar el modelo de universidad tradicional en las sociedades latinoamericanas ―particularmente en Argentina― en el contexto actual del debate en torno de una nueva ley de educación superior.