La Universidad Nacional de La Plata cuenta desde sus inicios como entidad académica de formación universitaria, con cuatro escuelas pre-universitarias experimentales. El Colegio Nacional Rafael Hernández es un colegio centenario que durante muchos años el ingreso era por examen de evaluación en matemáticas y lengua, y desde hace más de una década la Universidad toma la decisión de generar los ingresos a su sistema pre-universitario por sorteo, apostando que las habilidades cognitivas como proceso de construcción, se irán desplegando durante la formación del secundario.
En esta modalidad de ingreso por sorteo, son los padres quienes sostienen la inscripción al colegio, desde el ideal de formación pre- universitaria, educación laica y gratuita, por el afecto depositado en el colegio por haber sido ex alumno/a; efecto de expectativas que luego impacta en lo azaroso de la selección. Los/as ingresantes deben resignificar, desde su lugar, herederos/as muchas veces de una decisión tomada por los adultos, la incorporación a la institución con el peso y la obligación de apropiarse de cierta identidad que posee un familiar en el vínculo con la institución.
Es en este ingreso donde surgen desde el alumnado posibles inquietudes, temores, manifestaciones de malestares, angustias por el grupo de pertenencia anterior perdido de su escuela primaria, debiendo reconceptualizar desde el quehacer docente, en el aula, un trabajo de acompañamiento más allá del dictado de las asignaturas correspondientes.