Cualquier plan de comunicación, sea público o privado, institucional o de producto, que pretenda proponer cambios de conducta o incentivar un consumo, trabaja a partir de criterios aproximativos. No existe la certeza absoluta de éxito.
Para hacer más racionales esos criterios de aproximación al resultado deseado y perfeccionar los mecanismos de control sobre el plan, se recurre a distintos tipos de investigación.
Cada tipo de investigación está apoyado, a su vez, en los desarrollos teóricos y metodológicos que proveen las distintas disciplinas que abordan lo social.
En este artículo se plantea un camino, que todavía hace falta explorar en profundidad, para aprovechar los conocimientos desarrollados por la semiótica en general, principalmente en el estudio de los estilos discursivos sociales.
El interés por el campo de los estilos discursivos sociales es doble. Por un lado, porque a través de sus mecanismos se clasifican textos, la "materia prima" de todo trabajo comunicacional. Por el otro, porque esas clasificaciones de textos contribuyen a constituir segmentos de población diferenciados en el mismo nivel, el discursivo, sobre el que se pretende incidir.