Toda aproximación a la música como tema periodístico debe reconocer la existencia de un pacto tácito entre el lector/melómano y el medio periodístico. De esta manera, el interés por conocer históricamente las pautas del consumo musical sufre un desplazamiento sensible: se especulará ya no directamente sobre el continente social de la música -ese oscuro objeto del deseo histórico-, sino sobre el contenido artístico de los mass-media.
No se trata de una cuestión sin importancia, ni de un renunciamiento. Hay preguntas latentes que conciernen a los fenómenos de comunicación en su totalidad. ¿Cómo aparece la música en los diarios? ¿Qué espacio informativo le conceden estos? ¿Cómo se la evalúa?.¿Qué grado de autonomía tiene la crítica musical, cuando existe? ¿Qué equivalencias ideológicas se producen entre las diversas especies que bullen en el país de los 30 y las tendencias político-culturales de cada medio? Un relevamiento de las secciones "Espectáculo" y "Literarias" de los periódicos más leídos en el Buenos Aires -y probablemente en el país- de los años 30 permite establecer cierta base empírica sobre la cual levantar futuras tesis.