No es nueva la tensa y contradictoria relación entre los jóvenes y la escuela. La juventud constituye un importante segmento poblacional que refleja las tendencias, contrastes y transiciones de la sociedad en el contexto global, regional y nacional. En la actualidad, los jóvenes buscan realizarse en un mundo donde el mensaje de la meritocracia, discurso central de la ideología neoliberal, pondera el individualismo. Los discursos meritocráticos ocultan el lugar decisivo que tienen los contextos sociales en los procesos educativos, desplazando las problemáticas socioeconómicas hacia los catalogados “problemas de aprendizaje”. El punto de partida no debería ser el estudiante aislado, sino los grupos en sus múltiples contextos culturales, de clase, raciales, históricos y sexuales. El sujeto social es meramente una producción histórica de los dispositivos del poder y el saber, pero hay ciertos elementos en su propia constitución estructural que ningún orden político histórico puede integrar total y definitivamente. Es necesario deconstruir eso que nos he dado como natural desde el capitalismo. Para ello, el pensamiento crítico es fundamental.