A lo largo de la historia distintas pandemias han azotado a las poblaciones; entendidas como la afectación humana por una enfermedad altamente infecciosa en un área geográficamente extensa.
En pos de minimizar el número de personas afectadas hemos de procurar mecanismos de respuesta efectivos. Ya no se trata de problemas únicamente de índole individual, sino que involucran y afectan a todo el conjunto, y es en este contexto que el saber científico/médico toma una vital importancia.
En estos momentos, una clara transmisión de la información resulta indispensable, y en la actualidad esta responsabilidad cae en manos del sistema científico/médico, que, como parte de las instituciones del estado, puede ser visto con desconfianza por algunas personas. Es por esto que, durante una pandemia u otra crisis en el sistema de salud, no es extraño ver que ciertos grupos de la sociedad recurren a explicaciones que difieren de estos relatos oficiales y hoy en día, con el alcance de las redes sociales, estos individuos crean comunidades donde compartir, discutir y desarrollar estas miradas.
Nuestra propuesta se enmarca en la etnografía virtual planteada por Hine (2004), que considera internet como una cultura en sí misma, conformadora de un “ciberespacio”. También tomamos como base el texto de Douglas et al. (2019) y su definición de lo que es una teoría conspirativa:
intentos de explicar las causas subyacentes de significativos eventos y circunstancias sociales y políticas, a través de tramas secretas por dos o más actores poderosos. De esta forma procedimos a analizar la frecuencia de aparición de los distintos ejes que identificamos a partir de la lectura de los comentarios de los grupos a trabajar y luego procedimos al análisis de las relaciones, valoraciones y disputas de sentidos.