La enseñanza universitaria de diseño tiene en nuestro país más de sesenta años, fue impulsada por arquitectos, artistas e ingenieros inclinados —a veces por vocación, a veces por motivos estrictamente laborales— por el interés de la producción de objetos para el entorno. Cabe advertir que cuando se institucionalizó la profesión había muchos antecedentes que validaban una actividad que, a su vez, era designada de diferentes maneras, por citar un caso, publicidad y propaganda eran algunos de los términos que abarcarían luego las definiciones de la comunicación visual y del diseño gráfico.