Dentro del amplio campo de estudios dedicado a comprender las implicancias sociales de la emergencia de las tecnologías digitales, un foco central de indagación ha sido puesto en el vínculo entre los jóvenes y la informática. La implacable estadística demuestra la persistencia del vínculo entre la edad temprana –característica de los pioneros californianos del software, las plataformas y los contenidos digitales– y el desarrollo de las tecnologías digitales. Esto no ha hecho más que reproducirse desde la década del ochenta hasta hoy alrededor del planeta entero: quienes se dedican al desarrollo de las tecnologías digitales de la información y la comunicación pertenecen mayoritariamente a las generaciones más jóvenes. Términos como nativos digitales, generación Internet, generación app, millenialls y centennialls comenzaron –no sin problemas– a ser utilizados en la academia y los medios de comunicación para dar cuenta de la afinidad electiva entre tecnologías digitales y juventud.
Esta afinidad se refuerza en el renovado interés de las nuevas juventudes por las carreras relacionadas con la informática. A lo largo de nuestro trabajo de campo identificamos de manera invariante una cantidad –minoritaria pero sostenida– de jóvenes varones que ya desde la adolescencia mostraban interés por la formación universitaria en informática. De allí que, durante la segunda etapa de la investigación, decidimos profundizar en el conocimiento de sus experiencias para conocer cómo se forman, qué los motiva y qué formatos de aprendizaje alimentan sus trayectorias. Adicionalmente buscamos comprender los modos en que el género influye en sus elecciones, toda vez que generalmente se estudia –y con justa razón– por qué la informática no resulta atractiva para las mujeres, pero se naturaliza por qué sí lo es para los varones.