Tanto estudiantes como profesionales de la arquitectura utilizamos la forma (mínimo elemento expresivo) y la composición (articuladora de las diferentes formas) para la comunicación y representación de nuestras ideas. Dominar estos dos principios se convierte en una competencia imprescindible para poder desarrollar diferentes trabajos y proyectos de diseño, que son complejos de abordar sin la comprensión geométrica que los organiza.
Esta organización interna de la geometría es denominada estructura, que está definida por la posición relativa de sus elementos y por la relación entre ellos, no por la adición de estos sino por los vínculos entre ellos; no por las propiedades independientes de las partes sino por las propiedades de la totalidad. La relación entre el todo y las partes es lo que define a cada forma o estructura geométrica.
En el transcurso de la carrera, los estudiantes transitan diversas materias organizadas dentro de áreas particulares del conocimiento, y en muchos casos, los contenidos abordados por talleres y cátedras de distintas áreas son entendidos como conocimiento fragmentado, que parece no tener vínculo entre las diferentes asignaturas y no es puesto en común entre estudiantes y docentes ya que se “han visto en otra materia”.
En el primer año de la carrera, dentro del Ciclo de Formación Básica, la asignatura Comunicación (Área de Comunicación) y la cátedra de Matemática (Área de Ciencias Básicas Tecnología, Producción y Gestión) abordan por separado conceptos que relacionan a la geometría con las estructuras espaciales, esta falta de diálogo y continuidad de las prácticas entre asignaturas y áreas resulta en una escasa apropiación de los conceptos trabajados en cada materia y por consecuencia, la construcción de saberes fragmentados.
Mediante el proyecto de una actividad integradora grupal transversal a ambas áreas, se propone vincular los contenidos vistos en estas materias. Sadovsky, (2005) considera central el proceso de producción de conocimientos matemáticos en la clase en términos de interacciones del alumno con otros. Los alumnos pueden colaborar entre sí para resolver un problema o compartir estrategias de los problemas ya resueltos bajo la gestión del docente, pueden confrontar procedimientos diferentes desde posiciones contradictorias o encontrar abordajes equivalentes, entre otras formas posibles de interactuar productivamente. Se concibe así el aprendizaje de manera colaborativa donde la producción y la comunicación entre pares, tanto estudiantes como docentes, sean el núcleo para la generación de aprendizaje significativo, entrelazando los conceptos de geometría y estructuras espaciales, para generar herramientas en el estudio morfológico, donde la geometría (elementos de figuras simples), los elementos del espacio (punto, línea, plano y volumen), las operaciones (adición y sustracción) y las transformaciones simples y compuestas en el plano (simetrías, rotación y traslación) serán temas necesarios de incorporar y apropiarse por los estudiantes del ciclo básico para la resolución de diseños y proyectos propios.