El estado se manifiesta como un monopolio de la fuerza. En el sistema judicial argentino los ciudadanos delegaron el ejercicio de la acción al estado, esto es capacidad de ejercer y hacer valer un derecho por la fuerza. Ante una disputa, y por esta delegación que se le reserva el estado, va a ser el poder judicial quien imponga el resultado que considere justo ante el vencido. Esperar esta coacción produce demoras, y termina reviviendo la frase que expreso Séneca un siglo antes de Cristo, “Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía”.
Por eso se propone analizar el acceso a la justicia desde una visión preventiva, como lograr ver a la justicia como una distribución sin coacción por parte del estado, para lograr que el darle a cada uno lo que le corresponda sea previo y preventivo, sin la necesidad de tener que recurrir a un estado que ejecute, embargue y obligue a cumplir con lo que corresponda.
Para lograr observar cambios, y estructurar una justicia preventiva será necesario diseñar y organizar una integración horizontal y vertical de todas las instituciones, desde lo siclos básicos de educación primeria hasta los siclos de grado y posgrado universitarios, desde las organizaciones no gubernamentales hasta los ministerios de las provincias, nación y organismos municipales. Asimismo, será necesario instrumentar la aplicación de soluciones alternativas de conflictos junto con soluciones de pluralismo jurídico que permitan el acceso irrestricto a la justicia y solución rápida previo a que se entable un conflicto judicial.