Francois Dubet, en su libro, da cuenta del modo en se gestan y se expresan las pasiones tristes, las cuales son un signo de esta época. Describe especialmente a la ira, el enojo, la indignación y el resentimiento como pasiones que atraviesan a las personas, las relaciones, las instituciones. A partir de allí, busca comprender la relación que tienen con las desigualdades sociales. A lo largo del libro, el autor discurre por su hipótesis: dichas pasiones no se deben al aumento de las desigualdades, sino al cambio, a la transformación en las mismas. De esta manera, presenta el modo en que estas se diversifican e individualizan, lo que genera nuevas experiencias singulares, diluyendo posibles adversarios e impidiendo la acción colectivo en consecuencia. Se concluye con la importancia de encauzar la agenda política progresista como salida que conduzca a acciones democráticas e igualitarias.