Cuando leí el cuento "El lector" me llamó la atención de inmediato, lo elegí por su ambigüedad, su oscuridad y la manera de generar un clima. Destacaba de los demás por ser tenebroso y fue una excusa perfecta para explorar una técnica que hace tiempo quería probar: aguada con tinta china negra. Mi objetivo principal era poder reflejar este clima a través del uso de la escala de grises y conseguir la ambigüedad mediante el juego con la mancha. Después de muchos (muchos) bocetos e intentos de primeras páginas que terminaron en la basura, logré llegar al resultado que buscaba. De ahí en adelante, más allá de alguna que otra pequeña lucha, el resto del proceso de ilustración fue muy fluido y divertido.