Al pensar en la temática del trabajo a presentar para este seminario aparecen numerosos interrogantes que interpelan y tensionan nuestro pasado frente a este presente incierto. Y en este juego dialéctico de pasado y presente se instalan conceptos tales como lo europeo y lo americano, lo americano y lo argentino, incluso lo rioplatense y nuestra pampa. ¿Qué tenemos aún de esa colonia que fuimos y esté presente? ¿Qué procesos de colonialismo hemos transitado y seguimos transitando como nuevo colonialismo y que de todo este proceso de decolonialidad podemos encontrar en nuestras vidas, en nuestro arte y específicamente en nuestra música? Desde estos dos interrogantes macro disparadores, surgen otros orientados más específicamente a nuestra formación y gustos estéticos tales como ¿Qué es lo propio? ¿Desde dónde nos posicionamos en nuestra producción artística? ¿Qué nos representa? ¿Qué no? ¿Desde qué lugar comenzamos nuestro recorrido académico? ¿Quiénes nos formaron? ¿Qué leímos? ¿Cuáles son nuestras fuentes? ¿Que escuchamos?
Lejos de formular certezas, el presente trabajo aborda algunos rasgos distintivos de nuestra música en compositores como Mariano Etkin, Graciela Paraskevaídis, y en la actualidad Lucas Guinot que ya sea por el tratamiento del material sonoro, su comportamiento microtonal, su planteo formal en contraposición a la idea de desarrollo de la música centroeuropea o de su compromiso ideológico , dan cuanta de una búsqueda consciente en poner de manifiesto incluso en forma de denuncia de los procesos colonizadores de nuestra formación musical académicay plantear desde esa formación, una música propia, despojada, en constante tensión con el pasado colonizante, que sin renegar de este mestizaje, lo reconoce no como hibridación (Canclini, 1989) sino por el contrario como coexistencia de múltiples diferencias culturales que no se funden sino todo lo contrario, que antagonizan o se complementan (Cusicanqui, 2010).