En la provincia de Buenos Aires existen numerosas canteras de arcillas que se explotan en diferentes sectores del Sistema de Tandilia dispuestas, en su mayoría, en una sucesión de bancos subhorizontales cubiertas por cuarcitas que deben ser removidas para posibilitar su extracción. Como consecuencia de esta actividad minera se han generado y se generan importantes pasivos ambientales de materiales cuarcíticos, cuya disposición dificulta y limita muchas veces el trabajo extractivo.
Teniendo en cuenta el continuo crecimiento de esta actividad, es necesario encontrar una utilidad para estos materiales con el fin de contribuir a resolver un problema económico y ambiental.