El texto explica la formación y el desarrollo del taller literario creado en el Pabellón Mentes Libres de una unidad carcelaria. Con una propuesta de horizontalidad, los profesores voluntarios se articulan con los coordinadores del pabellón para construir un espacio donde el acceso a los bienes culturales se garantice como un derecho y la(s) literatura(s) pueda(n) servir como herramienta para la libertad de la mente, aun cuando el cuerpo permanezca encarcelado.