Considerar el acto profesional del psicólogo y su relación con el sujeto moral nos introduce, desde el punto de vista ético, en la problemática de la moralidad en este fin-principio de siglo. Dada la dimensión pública que la psicología tiene como profesión, quienes la ejercen no pueden desatender las nuevas formas histórico-culturales de pensar al sujeto, sus acciones, sus relaciones, su entorno y las problemáticas surgidas de esta compleja red. El intento profesional de reconstrucción y apropiación creciente de estas nuevas realidades –de las cuales también el psicólogo forma parte- es ya una postura ética legítima. Es aquí donde sostenemos que la ética, como disciplina filosófica racional y crítica, transversalmente nos enriquece con renovados aportes de dimensiones conceptuales y aplicadas interesantes. La riqueza de estos aportes extradisciplinarios reside en que no se limitan sólo al ámbito de la deontología profesional -cuyo objetivo específico es el de la regulación de una práctica pública-, sino que van recreando, una y otra vez, la perspectiva ética que toda dimensión del acto humano comporta.
En este trabajo tomaremos tres preocupaciones ético-deontológicas que nos tocan como disciplina científica –por la actitud hacia el “objeto de estudio”- y como profesión –por nuestra relación con el “caso”-. Estas preocupaciones pueden esbozarse del siguiente modo: ¿qué sujeto moral hoy?, ¿qué agenda moral hoy? y ¿qué acto profesional hoy?. En lo que sigue desarrollaremos las cuestiones enunciadas con una lógica argumentativa desplegada a partir de las reflexiones ético-filosóficas de corte dialógico y del pensamiento psicoanalítico.