Desde el trabajo seminal de Brown y Levinson (1978, 1987) hasta el presente, ha surgido una gran variedad de propuestas tendientes a explicar el comportamiento lingüístico asociado a la (des)cortesía (Watts, 2003, 2005; Spencer Oatey, 2000; Leech, 1983; Matsumoto, 1988; Mao, 1999, entre otros). Realizamos en este capítulo un relevamiento de bibliografía pertinente que pone en evidencia la desatención del componente fónico en el análisis de la modalización (des)cortés, hecho que recientemente comienza a revertirse en forma sostenida. A la luz de esta nueva tendencia, resulta de sumo interés la propuesta de Hidalgo Navarro (2009) e Hidalgo Navarro y Cabedo Nebot (2014) quien plantea la necesidad de crear una disciplina específica: la “Fonopragmática”, dedicada al estudio de todos los fenómenos fónicos a nivel segmental, suprasegmental y paralingüístico, capaces, entre otras cosas, de modalizar (des)cortésmente nuestras emisiones. Siguiendo esta propuesta y asumiendo que los aspectos fonético-fonológicos son fundamentales para la interpretación de la (des)cortesía, realizaremos un breve recorrido por sus tres manifestaciones pragmáticas: la atenuación, la intensificación y la descortesía.