Para quienes han seguido de cerca la situación de la economía venezolana en las últimas dos últimas décadas puede resultar redundante lo que a continuación expondré; sin embargo, para los que no han vivido esa situación les podrá resultar útil para prevenir una catástrofe económica y social que en Venezuela resulto más desbastadora que una catástrofe natural.
Venezuela ha sido un ejemplo histórico de un petro-Estado dependiente de la renta petrolera por casi un siglo (Antulio Rosales, 2018). Esto ha hecho totalmente dependiente a la economía venezolana de un solo producto de exportación, sujeta a los vaivenes de los precios en el mercado internacional. Esa dependencia se ha exacerbado en los últimos años al tomar el petróleo como garantía y medio de pago de deuda con China.
La situación económica venezolana en los inicios de 2019 presenta un cuadro desolador, sin antecedentes en América. La corrupción sin límites, la ignorancia y el dogmatismo ideológico en el manejo de la economía del país lograron convertir a una de las economías más prosperas de América del Sur en la más pobre del continente.