El sábado 18 de abril de 1992 se celebró, en el Salón de Actos del Colegio Nacional "Rafael Hernández", la Asamblea Universitaria en la que se eligió al presidente de la UNLP para el período 30 de mayo de 1992 al 30 de mayo de 1995. En la oportunidad, hubo tres candidatos a presidentes de la UNLP: ingeniero Luis Lima, ingeniero Raúl A. Pessacq e ingeniero agrónomo Guillermo Hang. Tras algo más de cuatro horas de debate y exposiciones por parte de los asambleístas de los distintos claustros, y dos rondas de votación, resulta electo presidente el ingeniero Luis J. Lima.
Radio Universidad transmitió desde 1986 en directo el desarrollo completo de las asambleas, y fue por mucho tiempo el único medio por el cual la comunidad podía acceder en vivo a toda esa información. Las asambleas son fundamentales para la vida institucional y democrática de la Universidad y los archivos sonoros son documentos de sus grabaciones que, debido a su extensión, fueron divididos en varios segmentos. Cabe recordar que la Universidad es autónoma, es decir, dicta su propio Estatuto, elige sus propias autoridades y administra su patrimonio. Tal como lo señala su estatuto, el gobierno de la Universidad es ejercido por el Presidente, la Asamblea Universitaria, y el Consejo Superior. Es así que la Asamblea Universitaria es el órgano supremo de la Universidad. Se reúne convocada por el Presidente, por la mayoría absoluta de los miembros del Consejo Superior o a requerimiento de un cuarto, por lo menos, de los miembros de la Asamblea Universitaria. Está integrada (con variaciones según se modificó el Estatuto) por los profesores, jefes de trabajos prácticos, ayudantes diplomados, graduados y estudiantes que integran los consejos directivos; 10 representantes no docentes y un representante docente de cada establecimiento del sistema de pregrado universitario. Cada gremio (ATULP, ADULP y FULP) tiene un representante con voz y sin voto. Sus funciones esenciales son: modificar el Estatuto Universitario, elegir al presidente de la Universidad y considerar, con carácter extraordinario, los asuntos que le sean sometidos y que interesen al funcionamiento de la Universidad o al cumplimiento de sus fines.