Partiendo de imágenes creadas digitalmente, me propuse traspasarlas a pinturas, intentando imitar texturas, colores, formas y procedimientos digitales. La idea no es lograr una copia perfecta del boceto digital, sino permitir que la pintura deje su impronta en la imagen final. Los objetivos de este proyecto son lograr una síntesis entre la imagen digital y la pintura e incursionar en una nueva estética pop que incluya elementos de la cultura popular digital para transmitir un mensaje crítico frente al sistema económico que vivimos, que, a diferencia del arte pop de los 50s /60s, tiene una postura renovada frente al capitalismo. Ya no se trata de un pop que solo devuelve el reflejo de lo que observa, sino que postula inquietudes.