La computación en la nube permite en forma conveniente y bajo demanda, el acceso a un conjunto de recursos compartidos y personalizables que pueden ser rápidamente suministrados y liberados. La inmersión y omnipresencia de las computadoras en el mundo requiere que consideremos cómo impactan en el mismo. La sostenibilidad es uno de los aspectos primordiales al momento de considerar soluciones, ya que no sólo involucra al medioambiente sino integralmente a un conjunto de dimensiones, como la tecnología.
En la actualidad, la gran mayoría de las aplicaciones, están pensadas y desplegadas para que funcionen en entornos web y móviles. El éxito está relacionado con el tiempo de respuesta, escalabilidad y disponibilidad. Para alcanzar estas metas, es necesario contar con sistema distribuido que gestione el despliegue de los servicios.
A medida que las necesidades de recursos computacionales se trasladan de los dispositivos de los usuarios hacia los grandes datacenters, y que el crecimiento de estos centros de cómputo crece en proporción a su demanda, la sociedad cuestiona la sustentabilidad del modelo. El impacto al medioambiente que tienen los centros de cómputo está relacionado a la energía y el espacio requeridos, así como los desperdicios que producen los repuestos y las actualizaciones tecnológicas.