En este proyecto me propongo, tomando como referencia imágenes basadas en pantallas, contrastar los códigos de representación digital con las formas analógicas de la pintura, con el objetivo de fomentar un dialogo entre ambas modalidades. Para ello, recurriendo a mi primer acercamiento a la cultura digital durante mi infancia, me apropiare de la gráfica de los videojuegos de consumo masivo de las décadas de 1980 y 1990. El pixel será utilizado como recurso para poner en dialogo, o tensionar, dos temporalidades diferentes: el tiempo acelerado de la cultura visual digital y el tiempo de la pintura manual.