Los diuréticos tiazídicos como hidroclortiazida (HCTZ) y simil tiazídas (clortalidona [CTN]) han sido históricamente utilizados para el control de la presión arterial (PA). Basados en la vida media del fármaco y en la capacidad de tener un control de PA de 24 horas, se han realizado algunos metanálisis en los que mostraban que la CTN tenía mejores resultados cardiovasculares que la HCTZ. Con el paso del tiempo, otros estudios de Real-World aparecieron, los cuales no mostraban diferencias, alegando que el tiempo y la dosis utilizada en otros estudios no era la adecuada y que la CTN tenía más efectos adversos como hipocalemia.