La aparición de manchas en techos y paredes pueden ser claro signo de biodeterioro ocasionado por los microrganismos que logran crecer sobre las superficies pintadas o no. En especial los hongos filamentosos se cuentan entre los más perjudiciales para la integridad de materiales estructurales y recubrimientos. Además, las personas expuestas en interiores edilicios con biodeterioro ven afectada su salud con distintos síntomas asociados a la exposición a los contaminantes biológicos. Aún en las pinturas envasadas el biodeterioro, frecuentemente bacteriano, puede presentarse generando grandes pérdidas económicas. Por lo tanto, el desarrollo de recubrimientos inteligentes, capaces de responder a la interacción con las células microbianas y evitar la colonización y crecimientos de los microorganismos sigue siendo un desafío. Los biocidas amigables con el ambiente al igual que los procesos de obtención más sustentables se investigan intensamente. La incorporación de nuevos aditivos bioactivos en la formulación de pinturas se encuentra impulsada por el auge de la nanotecnología y se manifiesta en la síntesis de diversas nanopartículas y, también, en el diseño de materiales nanoestructurados como portadores de activos antimicrobianos.