No sólo en el campo de la clínica psicoanalítica asistimos actualmente a numerosas consultas por niños, niñas y adolescentes cuyas problemáticas aluden a tensiones entre la forma de emplazamiento identitario y el sexo anatómico asignado de partida, conflictos con las representaciones constitutivas del género que definen los dispositivos sociales productores de subjetividad en el marco de la instituida bipartición masculino-femenino. Diversas instituciones sociales reciben solicitudes de reasignación de género en niñas y niños trans, que requieren ser reconocidos en todos sus derechos en base a su identidad autopercibida. Procesos que se ponen en marcha precozmente y conmueven no sólo las representaciones del discurso social dominante, sino que interpelan los modelos conceptuales sobre la constitución subjetiva y la sexualidad con los que pretendemos cercar una comprensión de estos padecimientos, del mismo modo que ponen a prueba los alcances de nuestra práctica profesional.
El nuevo marco legal ha constituido un enorme avance en cuanto a la concepción de la infancia y la adolescencia desde un enfoque de derechos, al momento de implementar estas normativas, se observan enormes dificultades para que las prácticas y políticas en salud mental realmente encarnen estos principios rectores con los destinatarios de sus abordajes, estado de situación que concebimos determinado por diferentes dimensiones -sociales, políticas, epistémicas-.
Sin embargo, abordar la temática de la constitución subjetiva y las disidencias sexuales, revela además, obstáculos epistémicos al interior de la misma tradición de investigación psicoanalítica, reduciendo el alcance explicativo y transformador de este campo científico frente a las mutaciones históricas de su objeto de estudio.
El propósito de este trabajo consiste en retomar algunas de las afirmaciones psicoanalíticas que se han propuesto para dar cuenta de los modos de constitución subjetiva, específicamente aquellos presupuestos que conciernen a la teoría sexual, a fin de poner a prueba los alcances de este paradigma, no sólo en función de maximizar las posibilidades como instrumento de producción de verdad, sino también como medio para la defensa de los derechos y la dignidad de los sujetos amenazados por el dominio del capitalismo neoliberal, constituyendo el campo de las llamadas diversidades sexuales la ocasión privilegiada para interpelar las teorías psicoanalíticas sobre la sexualidad.