La palabra sistema la usamos cotidianamente, por ejemplo, hoy, si no podemos comunicarnos, decimos: disculpe, se me cayó el sistema. También en otras materias tales como biología (zoología y botánica), geología, antropología, habrán escuchado nombrar al sistema nervioso, al sistema planetario, al sistema axiomático, al sistema social, al sistema de parentesco, etc.
Ahora ¿Qué significa la palabra sistema? ¿Cuándo podemos enunciar que algo es un sistema? ¿Posee leyes, reglas o normas que lo caracterizan como tal? También podemos preguntarnos ¿qué novedad implica mirar a ese algo como sistema? ¿El universo es un sistema, o es parte de un sistema? Si esto es así, entonces, ¿existen sistemas dentro de sistemas? ¿Existe entre ellos alguna relación? ¿Es posible construir modelos de funcionamiento de estos sistemas? ¿Podemos manipular estos modelos y predecir comportamientos? Veámoslo en un ejemplo. Consideramos tradicionalmente, que en occidente, una familia tipo está conformada por un padre, una madre y dos hijos, vinculados mediante reglas ¿Qué caracteriza a la familia como sistema? Podríamos continuar preguntándonos: ¿Podemos sostener que esa configuración es la de una familia tipo, o sólo la de una sociedad? Los/as antropólogos/as, han estudiado diversos tipos de familia, clasificándolas en: nuclear, extensa, monoparental, homoparental. Pero todas implican ciertas relaciones que las definen como tales: constituyen sistemas.
A la sazón ¿los límites del sistema a considerar, se construyen o, son previos y preexistentes? ¿Qué elementos y relaciones incluiríamos en el sistema? Para dar respuesta a estas preguntas trataremos sobre un enfoque que se populariza después de la Segunda Guerra Mundial, un nuevo paradigma: la Teoría General de Sistemas.
Nuestro propósito pedagógico es apenas dar una introducción a un campo de conocimiento complejo, polémico y especializado, en constante dinamismo.