Algunos debates teóricos de la antropología son constitutivos de su formación cómo disciplina y se reactualizan tomando vigencia a la luz de los cambios paradigmáticos y los modos de pensar y hacer antropología. Uno de ellos tiene que ver con la distinción Naturaleza vs. Cultura que, concebidos en el campo de las ciencias naturales, se constituyeron como dos dominios separados.
Todo aquello que pertenecía a la naturaleza estaba exento de la intervención humana, mientras que todo aquello que fuera producto de una acción humana (construido artificialmente) formaba parte del dominio de la cultura. Así, la definición más amplia de cultura se enuncia como todo aquello hecho por el Hombre. Por otro lado, el gran desarrollo alcanzado por las ciencias de la naturaleza en el siglo XIX instauró sus teorías, métodos y aspiraciones como el modelo de demarcación del conocimiento científico, caracterizado por un fuerte antropocentrismo y anclado en la filosofía occidental moderna.
Consecuentemente, el conocimiento fue compartimentado en áreas específicas, y en esta estructuración la Antropología como disciplina quedó a cargo principalmente de los aspectos culturales. Así, acompañadas de otras dicotomías epistemológicas propias de la ciencia moderna occidental - sujeto/objeto, razón/experiencia, interior/exterior, mente/cuerpo/ entre otras- naturaleza y cultura se configuraron, en el campo científico, como construcciones ontológicas irreductibles y opuestas. La tarea de la antropología será, entonces, comprender y argumentar, desde distintos modelos, las relaciones entre estos dos dominios.