Muchas veces nos encontramos con imágenes, audios, artículos, libros y otros tipos de recursos en internet que nos gustaría compartir y utilizar entre nuestros conocidos, en una presentación, en una nota en algún blog o incluso en un artículo que estemos escribiendo. No es extraño que cuando estudiamos o damos clases en la universidad descarguemos y copiemos algún texto o lo compartamos con la clase a través de internet. Tampoco era raro hasta hace algún tiempo que compremos en la calle una película o que accedamos a algún álbum descargándolo en mp3 de algún blog o algo por el estilo. Estas prácticas, muy interiorizadas en nuestras sociedades, tienen su raíz en un aspecto muy profundo de la cultura: el compartir. Compartimos canciones, creencias, comidas… y también conocimientos. Pero ¿acaso sabíamos que buena parte de las obras que circulamos tienen derechos y que estos derechos son, muchas veces, restrictivos y privativos? El compartir y circular conocimientos no es ajeno a la Educación Superior ni a la Ciencia. En cierta forma, es parte de la esencia de la ciencia como se la concibe al menos desde la modernidad: la necesidad de que sea libre, compartida y universal, para que pueda desarrollarse. En nuestras prácticas cotidianas compartimos y circulamos aquello que producimos como resultado de nuestro trabajo intelectual. Podríamos trazar una genealogía de la forma en que el conocimiento se compartió desde las clases públicas en la antigua Grecia, los libros de los primeros filósofos y luego los intelectuales de la Ilustración, junto con las primeras revistas científicas en el siglo XVII y la institucionalización de distintas modalidades de jornadas científicas en los últimos dos siglos. En las últimas décadas, de la mano de los avances tecnológicos, se observan nuevas formas de socializar el conocimiento mediante portales especializados y otros medios de comunicación. Es necesario, en este contexto, conocer cuáles son los derechos que tenemos como autores y las licencias que podemos establecer para permitir la circulación de las obras que generamos y contribuir a una Ciencia Abierta, libre y colaborativa en donde el conocimiento sea un bien público y común. En este breve documento abordaremos estos temas, describiendo las características de los derechos de autor y las licencias libres -específicamente las Creative Commons-, poniéndolas de relieve en el marco de la Ciencia Abierta.