Dentro de las enfermedades infecciosas que castigan con intensidad la especie humana, la neumococcia ocupa uno de los principales lugares y aporta un tributo notable a la morbilidad y a la mortalidad.
La septicemia neumocóccica o neumococcemia aunque es una de las manifestaciones clínicas más interesantes de las neumococcias, ha sido, en general, poco estudiada. Sin embargo debería, a causa de su frecuencia, retener la atención del médico.
Antes de abordar su estudio, recordaremos los tres elementos principales que caracterizan en general una septicemia. Ellos son:
1) Existencia de fenómenos generales serios indicantes de una diseminación infecciosa.
2) Aparición de una manifestación tóxica (toxicosis) dominando a veces el cuadro clínico 3) Presencia en la sangre, del germen infectante (aquí el neumococo); esta presencia puede ser permanente o transitoria.
Hay que interpretar bien estos tres términos, para evitar confundir las bacteremias pasajeras tan frecuentes en el curso de una neumonía, con las neumococcemias.
A menudo, en la literatura médica, estos dos vocablos han sido confundidos a causa de la falta de definición precisa para cada uno de ellos.
No obstante, desde el punto de vista bacteriológico, la distinción entre bacteremia y septicemia no puede confundirse.
Vamos a insistir sobre este punto de una manera especial, cuando estudiemos el pronóstico» hn el estudio presente, queremos demostrar el aporte que las observaciones antiguas y recientes han contribuido al estudio clínico de las neumococemías, así como al diagnóstico, pronóstico y a la terapéutica.