La compra y venta de niños, la prostitución infantil, la explotación laboral y la utilización de los niños en la pornografía constituyen formas contemporáneas de exclavitud, las cuales son incompatibles con los derechos humanos, la dignidad y los valores de la humanidad.
Informes de Naciones Unidas aseguran que salen por año alrededor de 20 000 niños de países en desarrollo para continuar sus vidas en familias adoptantes de Estados Unidos, Canadá y el continente europeo; más de la mitad de esos niños son de América Latina. La mayoría de esos niños van a familias bien constituidas y se podría decir que en un futuro les irá “bien" -más allá de la pérdida de identidad-, sin embargo entre un 6 y un 10 por ciento de esos niños son llevados a la prostitución infantil, la utilización en la pornografía, la mano de obra barata y posiblemente para el tráfico de órganos.