Los razonamientos deductivos nos permiten concluir de manera segura una verdad, si partimos de premisas verdaderas y utilizamos formas válidas. Pero, de la misma manera que la garantía que nos ofrecen estos razonamientos es fuerte y que su utilidad en la ciencia es muy relevante, resulta ser muy estrecha la posibilidad de razonar de esta manera en algunos aspectos de los escenarios de diálogo de la vida cotidiana. En este capítulo estudiaremos algunas debilidades que pueden encontrarse en el concepto de validez de la lógica formal.
Analizaremos también cómo la fortaleza de los razonamientos deductivos, su analiticidad, es un inconveniente concreto para la utilización de esta forma de razonamiento en ámbitos cotidianos debido a que lleva a razonamientos redundantes. A partir de esta dificultad intentaremos pensar de qué forma algunos aspectos de la teoría de la argumentación pueden incorporarse a la enseñanza de la validez lógica haciendo que ésta tenga mayor relación con contextos de diálogo y argumentación cotidianos. En ese sentido entenderemos el concepto de razonamiento dentro del más amplio de argumento. Dado que, dar un argumento es un intento por parte de un sujeto de dar razones para justificar o refutar un punto de vista. (van Eemeren, 2006). En palabras de Arca y López García (2009) “el argumento implica pensar/usar el razonamiento en un contexto, es decir, inserto en un diálogo, en relación a un problema y persiguiendo alguna finalidad”.