Esta investigación se propone analizar la relación entre el cine y el tango, en un período definido de tiempo que va desde los años 90 hasta la primera década del siglo XXI, identificando dos formas de representar el tango en la cinematografía reciente. Una, propia de los años 90, producto de una determinación del Estado nacional que buscó la reinserción del tango en el mercado global, apelando a un estereotipo construido en la primera mitad del siglo XX que circuló y fue efectivo en el mercado internacional. Y otra distinta, a partir de la crisis social, económica y política que se produce después del año 2001 en la Argentina, que recupera al tango como un objeto identitario capaz de construir un puente con ese pasado, pero que se resignifica en un presente transformado por el proceso de crisis. Para estudiar el fenómeno al que hacemos referencia, hemos analizado el contexto social y político de la Argentina de esos años y las transformaciones en la industria cinematográfica tanto en términos de producción como de distribución, abordamos los cambios en el gusto y el consumo cultural que se dieron en este periodo, identificamos el corpus de trabajo y lo visionamos estableciendo las características de los filmes y comparándolos entre sí.
Durante la década de 1990 se produce el proceso de legitimación del modelo neoliberal, que implica una profunda transformación tanto de la esfera económica como de la política y cultural. En esos años la reformulación del rol del Estado convive con políticas en las cuales tanto el Estado nacional como el municipal intervienen en la memoria y determinan la patrimonialización de un objeto cultural muy vinculado a las tradiciones locales como lo es el tango. La crisis del 2001 y los efectos producidos por la aplicación del neoliberalismo socavan las fuerzas productivas y los mecanismos políticos y sociales destruyendo las redes de contención, generando una fractura de los poderes de agencia y de los canales de participación política constituidos como tales. El cuestionamiento a todas las formas legítimas y organizadas de poder soberano abre un panorama de conflictos y enfrentamientos que da lugar a la participación directa de distintos actores sociales y culturales que toman la iniciativa. En esta coyuntura de características inéditas, frente al colapso repentino de todas las formas de contención social, la necesidad de hallar referencias –enraizadas en la tradición y por ello consideradas legítimas– hacen que el tango se transforme en una posibilidad de recuperar sentidos vinculados al pasado y a la tradición, relacionados directamente con los deseos y los intereses de los individuos, hombres y mujeres, fundamentalmente jóvenes, que se acercaron a este objeto cultural y lo transformaron.
Nuestro interés ha sido, luego de definir un corpus de filmes, establecer rupturas y continuidades a lo largo de la etapa histórica recortada para el análisis. Analizar el tango como objeto cultural ha implicado referirnos a un campo de disputas y contradicciones entre lo económico, el entretenimiento, la realización personal y el arte.