Con la propuesta de desarrollar un estudio sobre el fútbol en tanto elemento constitutivo de la identidad nacional argentina, y analizando las marcas de esa argentinidad construida en quienes emigran por motivos laborales deportivos, es que me propuse llevar adelante esta investigación. El objetivo es conocer las prácticas cotidianas y consumos que refuerzan el sentimiento de pertenencia a una nación, tomando el caso de la Argentina en el marco del popular consumo de fútbol, y con el fin de indagar acerca de cómo un deporte globalizado puede inculcar y hasta reconstituir el sentimiento de lealtad nacional incluso en aquellas personas que nunca pisaron estas tierras.
Desde un primer momento la pregunta fue acerca de cómo se construyen y refuerzan esas costumbres argentinas, esas marcas de argentinidad en futbolistas que dejaron el país muy jóvenes o incluso nunca vivieron en él, pero lo representan en las competencias internacionales de fútbol. Siempre buscando reconocer mediante sus prácticas las marcas de argentinidad que muestran y refuerzan el sentido de pertenencia e identidad nacional a pesar de la distancia con el territorio.
La identidad nacional, cómo se desarrollará más adelante en este escrito, está constituida por un conjunto de atributos compartidos por quienes pertenecen a una nación en particular. Si bien es cierto que heredamos y aprendemos las leyes y los hábitos, también estos son convertidos en la cultura y tradición nacional, como por ejemplo el mate, el fútbol, “la birra” y “los ravioles de los domingos”.
Podemos preguntarnos si el fútbol supone uno de los ejes posibles en la construcción de identidad argentina, si constituye una marca cultural identitaria en la sociedad argentina actual, de hecho, es la pregunta que motiva y origina la escritura de este TIF. ¿Es el fútbol, metafóricamente hablando, parte del ADN argentino, aún para quienes no se criaron en este país?