He aquí un tema a cuya dilucidación han dedicado sus estudios y esfuerzos los más eminentes médicos legistas del mundo, y que sin embargo presenta aún, y seguirá presentando, mientras la violencia impere en la tierra, problemas siempre nuevos y muchas veces de difícil, por no decir imposible solución.
Ante todo caso de muerte presumiblemente violenta, el perito médico debe tener en cuenta dos factores previos a su examen directo de las lesiones cadavéricas:
A.- Examen del lugar donde fué probablemente cometido el hecho o hallado el cadáver.
B.- Examen general del cadáver en relación a los elementos del lugar(situación, posición, actitud), como así también inspección de las ropas que viste (manchas, perforaciones, incisiones, descubrimiento de zonas normalmente cubiertas por el vestido, etc-).
Si bien estos dos exámenes son por lo común realizados por las autoridades policiales o judiciales que intervienen en el primer momento, no debe ser olvidado nunca por el médico, porque su realización o el estudio del informe hecho por quienes lo efectuaron, puede suministrar datos de incuestionable valor.
Vistos estos diversos elementos generales, nos referiremos aquí a las formas de muerte que con mayor frecuencia obligan al médico especialista a estudiar los caracteres diferenciales de las lesiones, que permitan encasillar la muerte violenta dentro de la presunción o afirmación del delito de homicidio o suicidio, siguiendo el siguiente orden:
I- Lesiones producidas por armas de fuego
II- Lesiones producidas por armas blancas
III.- Lesiones en las distintas formas de asfixia, en especial las producidas por:
a) Sofocación b) Estrangulación c; Ahorcadura d) Sumersión