Analiza el discurso existente en la ciudad de La Plata desde el trasado urbano y como ciudad-monumento, constituida en símbolo del proyecto de país que tenía la Generación del Ochenta. Se presenta, a su vez, un antidiscurso de la misma, a partir de las esculturas neo-neogóticas contemporáneas del completamiento de la Catedral de La Plata que desocultan la máquina del olvido en que se convirtió la ciudad. Como conclusión propone una refundación simbólica de la ciudad a partir de las memorias americanas olvidadas.