Durante la Guerra Fría, el estudio de las relaciones entre China y la URSS resultó ser un eje central de análisis para los centros de investigación en Relaciones Internacionales en Occidente. En este contexto, la teoría realista de RRII realizó grandes aportes en este sentido al estudiar conceptos de gran relevancia como el de poder, soberanía o conflicto. Estos conceptos fueron de los cuales se valió Henry Kissinger durante la administración del presidente Nixon, para ser artífice de la principal ruptura dentro del bloque comunista durante la guerra fría al alejar a Beijing de Moscú.
Sin embargo, luego del fin de la guerra fría, los estudios geopolíticos y seguritarios sobre China y Rusia dejaron de ser tan relevantes y dieron paso a otros temas de estudio, de tinte económico y comercial: globalización, proteccionismo, libre comercio, recursos renovables, medio ambiente, etc.
No obstante, en los últimos años, y a la luz de la gran relevancia que han vuelto a adquirir ambos actores (China y Rusia), han retornado los estudios acerca de las relaciones entre ambos países. En este sentido, ha primado, en la academia estadounidense, un fuerte sesgo en los análisis de las relaciones sino-rusas que tendieron a exagerar los rasgos de cooperación o de conflicto entre ambos países (Del Arenal, 1983). Por su parte, Thomas Stephan Eder (2013:57-58) señala que, en el ámbito académico, se pueden identificar tres (3) grandes escuelas occidentales de análisis sobre las relaciones sino-rusas contemporáneas. La escuela “limitacionista”, la escuela “alarmista” y, por último, la “literatura de identidad”.