Dentro de la tradición antropológica la preocupación por las condiciones desiguales de vida de las personas con quienes nos vinculamos en el campo tiene larga data, y también lleva tiempo la inquietud por sumarse a transformar estas situaciones entre varios/as colegas.4 Las autoras de este texto nos inscribimos en esta doble adscripción dialogando con prácticas de investigación que han recibido diferentes nombres: antropología aplicada en su veta más antigua, desde la década del sesenta en latinoamérica antropología militante o comprometida, y más recientemente antropología colaborativa o en colabor. El objetivo de este texto es reflexionar sobre nuestras prácticas en los lugares que elegimos ocupar para producir conocimiento antropológico: sistema científico, universidades, y organizaciones sociales y políticas de las que además participan jóvenes.