La evaluación citológica de diversos órganos, tejidos y fluidos puede contribuir a la definición del diagnóstico y a la formulación del pronóstico. Sin embargo, sus resultados deben ser siempre interpretados en el contexto de cada caso clínico (Meinkoth 2020 y Meyer 2016).
El caudal de información que puede reunirse mediante el examen citológico depende, en gran medida, de la calidad del material estudiado. Es por ello, que la obtención y la preparación de las muestras son procedimientos para los que el clínico debe estar adecuadamente entrenado.