El signo clínico cardinal asociado con la enfermedad del sistema musculoesquelético es la claudicación. Otros signos incluyen rigidez, ataxia, debilidad, dolor, fiebre y deformación de extremidades y articulaciones. Dependiendo del tipo de trastorno, pueden verse afectados también otros sistemas de la economía animal, observándose una variada signología (Barger, 2016).
La citología puede ser una ayuda valiosa en el diagnóstico de un animal con sospecha de un trastorno musculoesquelético. Pueden tomarse muestras de líquido sinovial, realizar aspirados con aguja fina de masas de tejidos blandos que involucran lesiones musculares o bien proliferativas/líticas del hueso. La citología rara vez es la prueba diagnóstica que permite definir completamente el problema, pero puede ayudar a guiar la selección de los pasos diagnósticos posteriores. Ciertos tipos de enfermedad ósea, muscular y articular, si bien generan cambios, éstos no siempre pueden detectarse mediante el estudio citológico. Asimismo, muchas veces la exfoliación es deficiente o la muestra se contamina con sangre periférica. Es vital la información obtenida en la reseña, anamnesis, examen físico, estudio radiológico, hemograma completo y bioquímica sanguínea. Cabe recordar que muchas lesiones requerirán histopatología para arribar al diagnóstico definitivo (Barger 2016, Fielder 2020, Lawrence 2021, Schnelle 2017).