Desde que Chelle, en 1919, descubriera la transformación del CNH en las vísceras en putrefacción, numerosos autores han estudiado la posibilidad de que la presencia de SCNH se deba a la ingestión de otras substancias, para evitar con ello los posibles errores de interpretación en el análisis toxicológico.
Conocemos hoy numerosos mecanismos de desintegración o de hidrólisis que permiten encontrar SCNH en las vísceras.
Así, por ejemplo, las crucíferas contienen un complejo glucósido que por hidrólisis diastásica forma éteres sales del ácido sulfociánico. Los gramos de mostaza contienen también otro glucósido que por hidrólisis bajo la influencia de la mirosina desprende isosulfocianato de alilo que no da las reacciones del SCNH pero que siempre se acompaña de pequeñas cantidades de sulfocianuro de alilo con franca reacción positiva.
Muchas otras substancias nos dan también al ingerirlas CNH y sabemos su posible transformación en ácido sulfocianhídrico. Últimamente, Kohn Abrest señaló la transformación post mortem de los barbitúricos ingeridos en ácido sulfocianhídrico y es a ella que nos referimos en este trabajo.