El objetivo de este capítulo es analizar cómo los cimientos liberales de la sociedad burguesa y capitalista, desarrollados a lo largo del siglo XIX, fueron conmovidos por el estallido de dos guerras mundiales, el triunfo de la primera revolución socialista, la gran crisis económica mundial de 1930 y la emergencia de nuevas experiencias políticas denominadas genéricamente fascismos.