La diversidad biológica de los ecosistemas naturales comprende una gran cantidad de especies vegetales, que se utilizan para obtener alimentos. De las plantas se pueden consumir tanto los frutos y semillas, como las hojas y raíces, y en algún caso raro, también la madera, como la obtenida del árbol Yacaratiá (Jacaratia spinosa). Además, puede usarse el exudado de ramas y troncos como aditivo en la industria de alimentos (Ver capítulo 4).
Los bosques nativos de la Argentina cuentan con numerosas especies vegetales que producen frutos comestibles, muchos de los cuales pueden consumirse crudos o mediante algún tipo de procesamiento.
Es sabido que las especies vegetales contienen la mayoría de los componentes esenciales para la nutrición humana, así como un gran número de sustancias químicas capaces de promover beneficios para la salud y prevenir o aliviar enfermedades.
Como parte del crecimiento y desarrollo de las plantas, todos los frutos contienen carbohidratos, aminoácidos, ácidos grasos y ácidos orgánicos, conocidos como metabolitos primarios.
Algunas plantas, tienen la capacidad de sintetizar flavonoides, carotenoides, ácidos fenólicos o alcaloides. Estas sustancias, conocidas como metabolitos secundarios determinan el color de los vegetales y pueden protegerlas del ataque de herbívoros y microorganismos patógenos, atraer polinizadores, animales dispersores de semillas o actuar como moléculas señal bajo condiciones de estrés. Algunos frutos y semillas pueden considerarse alimentos funcionales debido a que presentan un alto contenido de metabolitos secundarios y al ser consumidos frecuentemente han demostrado beneficios fisiológicos y/o una reducción en el riesgo de contraer enfermedades no transmisibles.