Aquella bella criatura, la cual elegí darle un aspecto terrorifico. Tramas de líneas, jugando con su telaraña. Aquella, ahora no tan bella para algunos. Con un aspecto angelical si se quiere. Cuanto más cerca de los angeles estés. Más cerca de los demonios también. Un enfrentamiento entre lo terrenal y lo celestial. Azul y rojo. Colores siempre elegidos para enfrentarse. Son como dos bandos. El A y el B. Dios y el Diablo. Aunque ella. Sólo tiene un objetivo. Uno sólo. Pero lo lleva con tal gracia y confianza, que se deja llevar en tal hazaña. Ella. Siendo tan espléndida en bajar a su destino, nunca pensaría encontrarse de cara al mismísimo infiern. Desafiante e inquietante. Nunca perdió los estribos contra ese rival. Quizás experimentaría algo así en otro momento de su vida. Justo ahora no lo considera conveniente. Pero había algo ahí. Algo que le despertaba un nosequé. En su serenidad se movilizaron las aguas. Quién sabe por qué. Le hizo frente y encaró. El destino es imprevisible. Como lo son las emociones que movilizan al mundo. A su mundo. Una fantasía realista. O una realidad fantástica. Ya no importaba nada. Sólo no dejarse tambalear ante nadie.