Se ha demostrado que el glifosato puede lixiviarse con el agua de drenaje a capas más profundas. Esto ocurriría por flujo preferencial en suelos bien estructurados, donde el tiempo de contacto con la matriz del suelo no es suficiente para llegar al equilibrio. Con el objetivo de evaluar las diferencias en el riesgo de contaminación subterránea con glifosato de dos suelos del este de Santiago del Estero, se realizó un ensayo con columnas de suelo sin disturbar de los horizontes A, Bt1, Bt2 y Ck de un Argiustol típico y A, AC y C de un Haplustol éntico. En unas pocas columnas pudieron ajustarse las curvas de paso con el paquete CXTFIT, utilizando como base los parámetros v y D del ensayo de transporte de bromuro. Se determinó el factor de retardo (R), la fracción de retardo instantáneo de soluto (β) y el coeficiente de transferencia de masa entre fases (ω). Luego del ensayo, se cuantificó el glifosato y ácido aminometilfosfónico retenido en las columnas y se realizó un balance para determinar porcentajes de lixiviación, retención y disipación. La lixiviación fue muy limitada y variable entre las columnas de cada horizonte. La aparición temprana del glifosato en los efluentes fue un indicador de flujo preferencial, mientras que las curvas asimétricas, los picos de concentración posteriores a un volumen de poros y un factor de retardo muy superior a 1 indicaron condiciones de no equilibrio químico. La adsorción fue más importante que la lixiviación y permitió diferenciar entre suelos, con una mayor retención de glifosato total en el Argiustol típico. Por último, la disipación fue el proceso que comprendió la mayor parte del glifosato aplicado.