En la articulación político, jurídica y territorial de la Monarquía Hispánica intervino una multitud de funcionarios, agentes y hombres del rey, cuyo desempeño al servicio de la corona conllevó múltiples procesos sociales, económicos que tuvieron un profundo impacto geopolítico.
Los cortesanos más importantes al servicio de la Monarquía, en los siglos XVI y XVII, ocuparon roles militares, diplomáticos y llegaron a gobernar territorios importantes dentro del entramado imperial que conformaron los Habsburgos. La profesionalización de estos ámbitos acompañó en gran medida a la consolidación de la estructura real como un cuerpo regulado en sus diferentes estamentos, lo que no mermaba ni limitaba la libertad de los actores.
Uno de los cortesanos que mejor refleja el ascenso y la movilidad en los círculos reales, fue Francisco de Melo y Castro por su rápido ascenso y protagonismo en la corte de Felipe IV prácticamente desde el inicio de su reinado. La figura y el personaje Francisco de Melo tiene además matices interesantes para comprender la movilidad social, los vínculos inter-aristocráticos y la complejidad de los intereses estratégicos de la Monarquía Hispánica.