Los estudios de género y feministas de mediados del siglo XX, interesados en la relación entre la ciudad y las mujeres, se han encargado de centrar el foco de análisis en la división sexual del espacio y en la reproducción social, indagando fervientemente en la masculinización del espacio público y la feminización del espacio doméstico como principal dicotomía en los usos del espacio urbano. Las tareas no remuneradas, las dimensiones del cuidado y la vida cotidiana se han constituido como factores claves en las teorías feministas de la reproducción social de los años setenta. Tanto en Latinoamérica, como en Argentina, estos debates se vieron transversalizados, por un lado, por los estudios sobre los trabajos del cuidado, y por el otro, por los estudios sobre la división sexual del trabajo.